13 de mayo de 2009

Un libro: El asombroso viaje de Pomponio Flato (2008)

7/10

Pomponio Flato es un noble romano que, motivado por sus ansias de aventura y diversas dolencias digestivas, recorre los confines del mundo conocido en busca de remedio a sus padecimientos. Ello le lleva a la Palestina del siglo I AC. donde conoce a una peculiar familia: un niño llamado Jesús, que encarga a Pomponio el esclarecimiento de un asesinato del que su padre, un carpintero llamado José, está acusado. También anda por ahí su madre, la gentil María. Los personajes suenan ¿a que sí?

El relato, planteado de forma epistolar pues se trata de una carta dirigida a un tal Fabio, es divertido y ameno, como no podía ser menos conociendo a su autor. Los personajes, algunos de ellos sacados del relato evangélico como es el caso de los arriba mencionados, cumplen roles totalmente diferentes a los que desempeñan en aquél. No obstante, los guiños al original son constantes. Así, sobre María recae la velada sospecha de que le fue infiel a José años atrás, siendo Jesús el fruto de aquel desliz; Jesús, cuyo papel, aparte del de hijo del acusado, podría ser el de su eficaz ayudante –como el Watson de Sherlock Holmes o el Pedrín de Roberto Alcázar-, maldice alguna que otra higuera, y sus comentarios recuerdan con frecuencia a los que podemos encontrar en los Evangelios.

Se podría decir, pues, que Eduardo Mendoza deforma lo deformado, pues los Evangelios se escribieron, como muy pronto, unos 40 años después de muerto su protagonista, con lo que sus dichos y hechos son, en muchos casos, añadidos de sus autores de los que, por cierto, no se tiene ni idea de quienes fueron, muy a pesar de que se titulen con el nombre de los que la tradición cristiana considera sus autores.

Una vez hecho este pequeño inciso agnóstico-escéptico, decir que el punto fuerte de esta obra no lo hallaremos en la historia en sí -absurda como pocas-, ni en su desenlace -peregrino a más no poder. La auténtica virtud de este librito –no llega a las 200 páginas-, está, una vez más, en la deslumbrante retórica que el autor emplea y que, haciendo una perfecta simbiosis con su habitual tono humorístico, ofrece un buen rato de diversión, aunque no de carcajeo. Para esto último, recomiendo encarecidamente El misterio de la cripta embrujada. Risas aseguradas.

El asombroso viaje de Pomponio Flato supone mi tercer acercamiento (¡¿solo?!) a la obra de Eduardo Mendoza. Anteriormente, y por este orden, había asaltado las páginas de Sin noticias de Gürb (simpático) y la ya mencionada El misterio de la cripta embrujada (desternillante, hilarante, genial...). Atendiendo a una clasificación que estableciera mis preferencias entre estas tres obras, la que nos ocupa quedaría perfectamente encajada justo en medio de las dos citadas.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con tu crítica. Yo he leido este y sin noticias de gurb. El de los extraterrestres me pareció más original, pero con el de Pomponio me rei un poco más... aunque como dices, tampoco es que te partas el pecho.

    El de la cripta no lo he leído, así que, guiado fervorosamente por tu recomendación, le voy a echar mano ya.

    Sea bienvenido a la blogosfera, Don Manué, y "eche usté ahi"!

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