8 de julio de 2010

Trilogía sobre Publio Cornelio Escipión, Africanus - Santiago Posteguillo



1 - Africanus. El Hijo del Cónsul (2006)

2 - Las Legiones Malditas (2008)

3 - La Traición de Roma (2009)

10 / 10


Hacía tiempo que no ponía nada sobre lecturas, y aquí está la explicación. Unas 2.500 páginas llenas de épica y honor, de intrigas y traiciones, de crueldad y magnanimidad y de sangre, mucha sangre, en el contexto de uno de los conflictos quizás más decisivos que en la Historia se hayan dado, han tenido la culpa del retraso. Poco coherente hubiera sido comentar por separado cada uno de estos volúmenes, habida cuenta de la clara (y lógica) línea argumental que esta trilogía sigue. He preferido concluir el segundo volumen –ahora lo explico- para hacer un comentario sobre la historia en su totalidad, que abarca toda una agitada y apasionante existencia, como fue la que vivió Publio Cornelio Escipión, Africanus, el mayor general de la historia de Roma, quizá sólo superado posteriormente por el más “mediático” Julio César.

De momentos decisivos, puntos de inflexión y encrucijadas históricas está nuestra existencia repleta. Nunca sabremos qué hubiera pasado en determinados momentos de la Historia de la Humanidad en los que el devenir de los acontecimientos dependió, quizá, sólo de pequeños detalles: decisiones –aciertos, errores, suerte...- que determinaron la posterior dirección de los hechos en un sentido u otro, especialmente en lo que al campo de batalla se refiere. Así, sólo podemos especular con el semblante que mostraría hoy Europa si el Islam no hubiera sido frenado en Poitiers por Carlos Martel en 732 ó en Viena casi 800 años después. Y si las tropas aliadas no hubieran conseguido doblegar la locura expansionista de Hitler, desembarco en Normandía mediante, ¿cómo sería hoy la vida en Occidente?

Como sólo soy un frecuente lector de textos relacionados con la Historia no pretendo, ni mucho menos, erigirme en entendido sobre este tema en cuestión, con lo cual, y pese a que procuro documentarme respecto de las cosas que aquí escribo, seguramente meteré algún que otro patazo. Puede que uno de ellos sea considerar las Guerras Púnicas en su conjunto como un hecho decisivo en la Historia, equiparándolo a los ejemplos antes mencionados. Sin embargo, y a la luz de la lectura de esta trilogía, no puedo dejar de plantearme qué hubiera pasado si el resultado de esa contienda hubiera sido finalmente favorable a Cartago, teniendo en cuenta el inmenso legado cultural que dejó Roma para la posteridad de Occidente y las profundas diferencias con la potencia rival. Una vez más, sólo podemos especular con lo que hubiera pasado en ese caso.

Bueno, pues tenemos al personaje de Escipión Africanus como eje central de la obra, basada en su vida y también en buena parte de la denominada Segunda Guerra Púnica, con Cartago intentando recuperarse del batacazo sufrido en la primera de esas guerras. Para ello, los descendientes de los fenicios ponen sus ojos en la fértil Hispania –que ya era un apetecible destino turístico por aquella época-. Los cartaginenses se empeñan en tomar Sagunto, aliada de Roma aunque dentro del pactado radio de acción cartaginés. Roma conmina a Cartago para que deponga su actitud, ésta se niega y... Casi al mismo tiempo, al otro lado del mundo, Antíoco III de Siria va dando forma en su cabeza a la idea de recuperar los territorios que pertenecieron al imperio de Alejandro Magno, mirando con desdén el creciente poderío de aquella ciudad que se impone en Occidente.

A partir de ahí, comienza un relato de un enorme poder de seducción, novelando de forma magistral una epopeya tras otra, y donde también alcanza gran protagonismo, como no podía ser de otra forma, Aníbal, el líder absoluto del ejercito cartaginés. El general que, cruzando los Alpes con su gigantesco ejército y su manada de elefantes, puso en jaque a la misma ciudad de Roma, cuya población llegó a recurrir al sacrificio humano para ganar el favor de los dioses ante la amenaza real de su destrucción. Comienza también el rosario de intrigas entre los diferentes grupos senatoriales, con Fabio Máximo y luego Marco Porcio Catón encabezando con su retorcida astucia la facción enemiga de los Escipiones. Un intenso periodo de la historia de Occidente narrado a la perfección, que te traslada al mundo conocido del siglo III AC.; a las calles de Roma, a su Senado; a las abruptas junglas que cubrían la Hispania todavía por conquistar; al abrumado y decadente Egipto gobernado por los Ptolomeicos; a las amplias llanuras de Anatolia, dominadas por Antíoco III y su caballería acorazada; a campos de batalla donde inmensos ejércitos chocan con una brutalidad inimaginable, dejando montañas de cadáveres pasto de los buitres...

A pesar de la clara línea narrativa de la trilogía, no veo imprescindible seguir los volúmenes en el orden de publicación. De hecho, comencé por el tercero –regalazo de Reyes-, y terminé por el segundo. Con habilidad, el autor –al que desconocía por completo y por el que declaro mi rotunda admiración- te va poniendo al día de los acontecimientos previos. Otro punto más a favor de un trabajo que va más allá de la novela al uso: un auténtico legado cultural fruto de una inmensa labor, que ha sabido combinar con maestría historia y ficción.

2 comentarios:

  1. Muy bueno el comentario, toda una incitación a lectura del Africanus.

    Paco V.

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  2. me he leido los dos primeros seguidos, pero cuando terminé el segundo aun faltaban meses para que saliera el tercero...

    ahora, sabiendo un poco ya del destino de anibal y de escipión me da un poco de pereza... pero lo pasé realmente bien con la lectura de los dos primeros... La manera de describir no solo el ambiente de las batallas, sino como estas se conducían y libraban estratégicamente es simplemente magistral.

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