James Kuhn se define a sí mismo como "un artista, drag queen y ex-nudista, nacido de nuevo cristiano". Adora pintar sobre cualquier superficie, así que un día descubrió una que le pilla muy cerquita: su propio rostro.
Nada mejor para entender lo que digo que echarle un vistazo a este par de vídeos, dejar caer lentamente el labio de abajo y liberar alguna que otra baba colgante. En el primero de ellos veremos un rosario de personajes generados por su prodigiosa imaginación, cuyos trazos se adaptan a la cara del artista con una precisión -y un resultado- increíbles. En el de más abajo veremos a los miembros de la banda Kiss acomodándose en los plieges del inquieto rostro del artista.
Reconozco que el arte moderno no es mi fuerte. Nunca le he encontrado parangón con el clásico, capaz de mostrar lo real -y también lo irreal- de forma impactante. Pero con cosas como esta me pregunto si la genialidad humana tiene algún tipo de límite.
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